Ya no puedo soportar la mala educación
Vivimos en una sociedad donde la gente no solo es más maleducada cada día, además se vanagloria de ello.
Transito a diario por toda la ciudad en mi scooter visitando clientes (tengo una pequeña empresa de informática) y lo que me encuentro en la calle es digno de estudio para la Antropología. Para muestra un botón:
La semana pasada, saliendo de mi oficina, un tipo se salta un semáforo con el coche y casi me pasa por encima. Se me ocurrió simplemente tocar el pequeño «claxon» de mi vieja Vespa para reprenderle y el susodicho, ni corto ni perezoso, pega un frenazo en medio de la calle, baja la ventanilla y con la cara congestionada me grita:
«¡Qué coño pasa, hijo de p***!»
Hoy mismo otro de estos personajes que abundan por nuestra querida piel de toro, sale con el coche de un aparcamiento a toda velocidad sin poner intermitentes, sin avisar, y me obliga a clavar los frenos de la moto con el consiguiente susto y derrape. Casi desde el suelo le dije: «Eh, ten más cuidado». ¿Su respuesta? Tocar con fuerza la bocina, mirarme con odio, sacarme el dedo índice y pirarse a toda mecha.
¿Son hechos aislados? Desgraciadamente no. La sociedad va embruteciéndose cada día más.
Os podría hablar de muchos más casos que veo a diario:
Desconocidos que se dirigen a ti como si fueras su mayordomo, camareros que te sirven la copa tirándotela encima, patadas al diccionario, faltas de ortografía escalofriantes, gente que te insulta cuando le llamas la atención por cualquier cosa, calles que parecen estercoleros, vecinos que ponen la música hasta las tantas, niñatos con coches tuneados que te despiertan a las 3 de la mañana, personas que en público hablan por teléfono a voces sin dejar de soltar barbaridades… y así, amigos, un largo etcétera.
Anoche mismo se me ocurrió encender la televisión en casa. Horror: en Gran Hermano dos chicas gemelas hablando como analfabetas y un tipejo encima de una de ellas moviendo la pelvis y diciéndoles: «Putilla, perrilla, guarra» y demás lindezas. Mientras un tercero comentando que iba a mandar a tomar por c*** a la «zorra» de no se quien…
Y yo me pregunto: si ya somos chabacanos de por sí, ¿es necesario que en los medios que alimentan a las masas se ceben con estas groserías aun más?