Warren Zevon: Werewolves Of London
Nacido en Chicago en 1947 aunque criado en Los Ángeles, su madre provenía de una familia mormona y su padre era un inmigrante judío de Ucrania que trabajó como corredor de apuestas para el famoso gángster Mickey Cohen. A los 13 años Zevon visitaba la casa de Igor Stravinski donde estudió brevemente música clásica. Sus padres se divorciaron cuando tenía 16 años y pronto dejó la escuela secundaria para mudarse a Nueva York y comenzar un largo y frustrante camino hacia la fama como cantante de folk.
La infancia inestable de Warren William Zevon afectó a su vida posterior, agitada y con diversos problemas en el plano personal: divorcios, alcoholismo, intentos de suicidio… Escuchas parte de su historia en las canciones. En lo tocante a la fama, y al margen de sus incondicionales, el público básicamente desconoce su música pese al reconocimiento que obtuvo entre compañeros de profesión tan relevantes como Bob Dylan, Elvis Costello, Jackson Browne, Neil Young o R.E.M.
En Nueva York no salieron bien las cosas y regresó a California para trabajar como músico de sesión. En el año 1969 se produjo un debut que pasó por completo desapercibido y siguió ganándose la vida como músico de acompañamiento y compositor de melodías para publicidad.
Con Neil Young sobre el escenario
Trabajó en giras tocando los teclados, encargándose de los arreglos de otros profesionales y co-escribiendo pistas, con pequeños logros que no fueron económicamente gratificantes. La falta de fondos y la insatisfacción por su carrera lo llevó a pasar un tiempo breve en España en el verano de 1975 actuando en una pequeña taberna de Sitges.
Pasó los años siguientes languideciendo en la oscuridad y cuando su amigo Jackson Browne le ayudó a firmar un contrato discográfico a mediados de la década de los 70, Zevon ya era un alcohólico en toda regla.
«De lo que sé sobre el alcoholismo … no hay nada romántico, nada grandioso, nada heroico, nada valiente. Es una verdadera muerte de cobardes».
Warren Zevon
A finales de 1975 compartió en Los Ángeles habitación con Stevie Nicks y Lindsey Buckingham que en este momento habían entrado en Fleetwood Mac. Allí colaboró con Jackson Browne, que produjo y promovió el debut homónimo de Zevon en 1976. Entre los colaboradores del álbum se encontraban Fleetwood Mac, miembros de The Eagles, Bonnie Raitt y Linda Ronstadt, quien eligió grabar muchas de sus canciones (por ejemplo la magnífica Poor Poor Pitiful Me).
Warren Zevon en 1979
En 1978, cuando saboreó el éxito de Werewolves of London, su esposa Crystal quiso llevarlo a rehabilitación pero él se negó. Una noche escuchó tres disparos y encontró a Warren en el estudio de grabación de su casa de Santa Bárbara apuntando con una pistola humeante a su propia cara. «Es divertido, ¿no?» dijo con una risa nerviosa.
El talento de Zevon lo había convertido en uno de los músicos y compositores más admirados de Los Ángeles pero personalmente libraba una batalla encarnizada contra sus demonios y con el tiempo quemaría casi todos esos puentes. A principios de los años 80 se retiró a Filadelfia.
Los textos de sus composiciones se caracterizaron por la sátira ingeniosa y un humor oscuro a veces incomprensible. Tenía toneladas de carisma, pero como padre estuvo ausente en gran medida hasta que su hijo y su hija fueron adultos.
Ejerció una tremenda presión sobre sus relaciones, muchas de las cuales no sobrevivieron al asalto. Cuando estaba bebiendo podía ser violento e insoportable y después de ocho años de matrimonio, Crystal lo dejó. Warren continuó haciendo música pese a que sus adicciones al alcohol y a las drogas persistieron. En 1984 ingresó voluntariamente en una clínica de rehabilitación en Minnesota y un par de años después quedó oficialmente limpio, no obstante siempre sufrió trastornos obsesivos compulsivos que ahora pasaron a primer plano.
Seguiría batallando con viejas tentaciones y nunca pudo desembarazarse de los sentimientos de culpa, aunque finalmente consiguió hacer las paces con su ex mujer y con sus hijos.
Las cicatrices e imperfecciones que todos llevamos en el alma -comenzando por él mismo- fue lo que más fascinó a Zevon, la materia que impulsaba su creatividad. Son trabajos densos, con historias e imágenes brillantes y el toque de humor travieso con tintes oscuros, demostrando la habilidad que tenía escribiendo letras. Había sido un lector constante y cinéfilo y sus canciones vienen salpicadas de referencias en ese sentido.
En cambio en sus actuaciones en vivo daba rienda suelta al rock con voz enloquecida y una asombrosa energía. Su música se movió con soltura entre el Rock, el Folk y el Blues y la mordacidad con la que solía adornar las letras o el fondo doloroso de sus composiciones no impidió que las ejecutara con pasión.
En el 2002 preparaba un recopilatorio definitivo, Genius: The Best Of Warren Zevon, en un tiempo en que mantenía una vida sana y sin excesos. Sin embargo en septiembre declara que le han diagnosticado un cáncer de pulmón incurable y decide renunciar al tratamiento de quimioterapia. En varias entrevistas Zevon confesó su fobia a los médicos y dijo que rara vez consultaba a uno.
Warren Zevon en una aparición final en el Late Show de su amigo David Letterman, octubre de 2002
Aunque no le dan más de tres meses de esperanza de vida, logra burlar el plazo y sobrevive un año, gracias a lo cual pudo concluir su trabajo póstumo, The Wind, una última entrega intensa, su verdadero testamento sonoro.
Para completar The Wind llamó a sus amigos y con la ayuda de su hijo Jordan y del productor puertorriqueño Jorge Calderón culminan un disco que contaría con un elenco de colaboradores impresionante: Bruce Springsteen, Don Henley, Jackson Browne, Timothy B. Schmit, Joe Walsh, David Lindley, Billy Bob Thornton, Emmylou Harris, Tom Petty y Dwight Yoakam.
A petición del canal de televisión musical VH1, el documentalista Nick Read tuvo acceso a las sesiones y en 2003 veía la luz Inside Out: Warren Zevon. Muy poco después murió a los 56 años, mientras reposaba en su casa de Los Ángeles.
Además de hacerse realidad un documental sobre esta grabación en la que cada día era una victoria, Warren supo sostener un tono desenfadado en medio de la agonía, una valentía para encarar la muerte a la que tantas veces hizo referencia en sus canciones.
«Las sombras están cayendo y me estoy quedando sin aliento
No te olvides de mi,
si te dejo no significa que te quiera menos». (Keep Me In Your Heart).
Si exceptuamos Werevolves Of London, nunca obtuvo grandes hits y dar con su música parece fruto de una búsqueda solitaria. No obstante Warren Zevon representa una asignatura pendiente porque es uno de esos artistas importantes que escapan del primer plano. Alguien dijo en cierta ocasión que Warren había compuesto canciones para todos los diferentes grados de la desesperación, y que por tanto deben escucharse a solas.
Sin duda Werewolves of London, perteneciente a Excitable Boy (1978) es su tema más conocido, un trabajo alegre, aún con el punto de vista macabro de Zevon, que alcanzó el número 21 en las listas. Una melodía que en seguida te conquista a través del distintivo gancho de piano que me recuerda a Sweet Home Alabama.
Todavía Werewolves of London conocería un nuevo momento de popularidad en 1986 al incluirse en una escena de la película El color del dinero de Martin Scorsese, con Tom Cruise bailando y presumiendo mientras juega al billar.
Warren Zevon: Werewolves of London
LYRICS
I saw a werewolf with a Chinese menu in his hand
Walking through the streets of Soho in the rain
He was looking for a place called Lee Ho Fook’s
Going to get himself a big dish of beef chow mein
Werewolves of London
If you hear him howling around your kitchen door
Better not let him in
Little old lady got mutilated late last night
Werewolves of London again
Werewolves of London
He’s the hairy-handed gent who ran amuck in Kent
Lately he’s been overheard in Mayfair
Better stay away from him
He’ll rip your lungs out, Jim
I’d like to meet his tailor
Werewolves of London
Well, I saw Lon Chaney walking with the Queen
Doing the
I saw Lon Chaney, Jr. walking with the Queen
Doing the
I saw a werewolf drinking a pina colada at Trader Vic’s
His hair was perfect
Werewolves of London
Draw blood
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Sobre el Autor
hermetik
Siempre al rescate de historias con alma
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Es cierto que The Wind se disfruta oyéndolo en soledad, pero tambien es verdad que, al terminar, no se tiene sensación de tristeza desgarrada sino de un próximo tiempo más feliz.