Testamento de un matemático romántico
Évariste Galois (1811-1832), uno de los grandes genios matemáticos de su tiempo, tuvo una vida breve y trágica al morir en un duelo con solo veinte años de edad. Apasionado e irascible, su carácter y genio brusco le excluyó de las academias francesas llevándolo al borde de la desesperación. La paranoia había sido alimentada por distintos episodios de tan corta vida.
Galois nació a las afueras de París en el seno de una familia pequeño burguesa: su padre director de la escuela y luego alcalde; su madre, hija de abogados, se encargó de la educación de su hijo durante sus primeros doce años.
Evariste recibió una sólida educación clásica y religiosa. En 1823 ingresa en el liceo como interno e inmediatamente obtiene premios y reconocimientos en las asignaturas de latín y griego, sin embargo al año siguiente muestra signos de agotamiento y acaba repitiendo curso.
A los 15 años entra en contacto con las matemáticas y asimila conceptos avanzados del álgebra y la geometría con una facilidad desconcertante. No obstante descuida otras enseñanzas y sus maestros ven en Evariste a un alumno fuera de serie pero de difícil manejo. Había despertado en él una incipiente rebeldía, particularmente hacia la autoridad eclesiástica y monárquica que mantuvo hasta su muerte.
El estudio de problemas matemáticos complejos o sin resolver pasó a ocupar la mayor parte de su tiempo. En 1828 Galois intentó el examen de acceso a la École polytechnique, la institución matemática más prestigiosa de Francia. Con su típica impaciencia y negativa a seguir las indicaciones de los examinadores, fracasó en el examen oral. Tal vez influyó también que sólo unos días antes su padre se había suicidado después de una amarga disputa política.
Imagen de 2007 del liceo Louis-le-Grand donde estudió Galois
A pesar de todo ello, Galois continuó progresando en el campo de las matemáticas con descubrimientos fundamentales en la teoría de ecuaciones polinómicas y avanzando notablemente en el desarrollo de una teoría nueva: la teoría de grupos.
Tras ser rehusado por la Politechnique, Galois fue admitido en la École normale desde donde envió a la Academia de Ciencias de Francia un trabajo sobre las ecuaciones quínticas en las que la incógnita aparece elevada a su quinta potencia, para las que entonces no se conocía solución. El barón Cauchy, figura importante de la comunidad matemática francesa, adivinó un talento excepcional y sugirió que debería ser presentado al premio de matemáticas. Pero no sólo no recibió el premio sino que su manuscrito se perdió. Otro artículo posterior también fue rechazado por la Academia.
Por entonces la vida de Galois empezaba a teñirse de un marcado tinte político, dividiendo sus energías y su tiempo entre el trabajo matemático y las afiliaciones políticas. El levantamiento de los republicanos de 1830 que había obligado al exilio de Carlos X, fue sofocado con la llegada al trono del nuevo rey Luis Felipe de Orleans
Era una época de intensa agitación política en Francia. Galois tenía fervientes convicciones republicanas y había participado activamente en manifestaciones y sociedades antimonárquicas, por lo que fue expulsado de la École y encarcelado varias veces bajo la acusación de actitud sediciosa.
El 14 de Julio de 1831, durante la conmemoración republicana no autorizada de la toma de la Bastilla, Galois, armado y con traje de guardia nacional es nuevamente arrestado y encarcelado. Durante su estancia en prisión no renunció a su trabajo matemático y se lanza a la investigación sobre las funciones elípticas. Su fallecimiento se produciría poco después de ser liberado.
En la muerte de Evariste Galois los hechos probados son escasos. Sabemos, por las cartas que escribió el día antes de su muerte, que va a participar en un duelo.
Evariste Galois parecía tan convencido de la inminencia de su muerte, que pasó toda la noche escribiendo cartas a sus amigos republicanos y componiendo lo que se convertiría en su testamento matemático. Así es como expresaba sus sentimientos en una carta a un amigo:
«Pido a mis amigos patriotas que no me reprendan por morir por otra cosa que no es mi país. Muero víctima de una infame coqueta y sus dos engañados. Mi vida se extingue entre chismorreos triviales. ¡Oh!, ¿por qué morir por tan poco, por algo tan despreciable? Pongo al cielo por testigo de que sólo bajo la coacción y la fuerza he cedido a una provocación que he tratado de evitar por todos los medios posibles. Lamento haber contado una verdad tan peligrosa a aquellos incapaces de oírla con calma. Me llevaré conmigo a la tumba una conciencia sin mancha, inaccesible a las mentiras, incontaminada con sangre patriota.»
Aunque luego añade:
«¡Adieu! Yo amaba la vida para el bien común. Perdono a los que me han matado, son de buena fe».
Esa noche, Galois garabateó frenéticamente sus ecuaciones, con muchas tachaduras y anotaciones al margen: «une femme», «Stéphanie» y las desesperadas palabras, «Je n’ai pas le temps» («no tengo tiempo»).
Firma de Evariste Galois
A primeras horas de la mañana del 30 de mayo de 1832, los dos contrincantes se enfrentaron a pistola y 25 pasos, sin testigos ni doctor. Galois recibió un tiro en el vientre y murió en el hospital al día siguiente (probablemente de peritonitis), después de rehusar los servicios de un sacerdote. Sus últimas palabras a su hermano en el lecho de muerte fueron:
«No llores; necesito todo mi valor para morir a los veinte años».
Aunque se barajaron varios nombres, sobre la identidad de su oponente no existen certezas. Por otro lado, su hermano Alfred estaba convencido de que se trató de un complot político.
A su entierro asistieron unas tres mil personas entre estudiantes, simpatizantes y republicanos bajo una estrecha vigilancia de la policía, que temía un motín que estalló solo tres días después (muchos de sus compañeros creían que Galois había sido víctima de una conspiración).
Hubo de pasar una década para que en sus notas fuese reconocida la marca de un genio. Tras laboriosas interpretaciones de los escritos que dejó, los logros matemáticos de Galois fueron reconocidos para siempre.
Nota
Évariste Galois fue capaz de determinar cómo un polinomio era resuelto por radicales. Además es el primero en utilizar el término «grupo» en un contexto matemático.
En una rama del álgebra abstracta hay una teoría que lleva su nombre y constituye una de la bases matemáticas de la modulación CDMA utilizada en comunicaciones y especialmente en los Sistemas de navegación por satélite como GPS.
Fuente principal | Eurekas y euforias. Cómo entender la ciencia a través de sus anécdotas.