20/03/2007
¡Que no me llaméis!
Tenía el escritor Bernard Shaw verdadera aversión por el teléfono.
Cuando alguien llamaba a su casa, la criada tenía ordenado contestar:
– El señor no responde nunca antes de las 6 de la tarde.
Si telefoneaban después, la respuesta era:
– El señor no responde nunca después de las 6 de la tarde.
Y si alguien insistía:
– ¿Entonces a qué hora puedo telefonear?
– A las 6 en punto.
A esa hora el teléfono siempre estaba descolgado.