Puesta en escena científica
El escritor checo Milan Kundera relata en El libro de la risa y del olvido el caso de un peculiar director de escena.
Hertz se llamaba en concreto. Dirigía un pequeño teatro de ópera centroeuropeo y era tan singular y tan cabroncete que obligaba a las cantantes a ensayar completamente desnudas. Además las chicas tenían que introducirse un lápiz en el recto para que así pudiera nuestro personajete controlar los movimientos durante la representación. Hertz exigía que el lápiz mantuviese la verticalidad perfecta entre columna vertebral y escenario.