Personajete 2
Fue la mía hace décadas una familia de tratantes y chamarileros. No sé cómo, un día mi padre consiguió introducirse en el sector de artes gráficas madrileño, se relacionó con algunos poderosos, trabajó duro, procreó generosamente y dejó una empresa próspera a su muerte.
Desde entonces mis innumerables hermanos y yo continuamos su legado aplicando la primera máxima que nos inculcó: no pagar a los proveedores es el mejor principio para una confortable vida en el chalet.
Soy el hombre de tez morena agitanada que con voz enronquecida por el tabaco y el alcohol de importación arengo a mi tropa de tristes y abnegados. La producción no ha de parar …