Paseando por Segovia
Segovia, ciudad teñida de vieja historia, repleta de diálogos del pasado con su magnífico Acueducto a la cabeza.
En el final de la Edad Media Segovia conoció su período de mayor esplendor cuando acogió una importante comunidad hebrea y se sentaron las bases de una poderosa industria del paño. Fue además corte de los Trastámara. Entonces el arte gótico dejó en ella monasterios y conventos notables y sus familias aristocráticas y orgullosos fabricantes compitieron construyendo palacios renacentistas con hermosos patios y jardines.
Más tarde, a raíz del descubrimiento de América, se desplazaría hacia el sur el centro de gravedad de la economía española y la decadencia resultó imparable. Ni los Borbones con los Reales Sitios de La Granja y Riofrío que se alzaron en los alrededores pudieron impedirlo.
A lo mejor ese aislamiento secular explica que esta ciudad sea una de las que mejor ha sabido guardar entre sus gastadas piedras la esencia de Castilla y que haya llegado hasta nuestros días con una belleza apenas alterada.