Otra de Doroteo
Una vez condujeron ante Pancho Villa a tres prisioneros recién capturados:
– Los cogimos una vez -contaba uno de sus hombres-, los perdonamos y se quedaron con nosotros. Luego desertaron y los hemos vuelto a coger.
Villa se encaró con uno de ellos y preguntó:
– ¿Qué se hace con los traidores?
– Yo no soy un traidor.
– Los peores traidores son los embusteros ¡Que lo fusilen!
Se encaró con otro:
– ¿Qué se hace con los traidores?
– Yo no podía abandonar a mis compañeros.
– Los peores traidores son los que se agrupan. ¡Que lo fusilen!
Y después hizo al tercero la misma pregunta. Y el otro balbuceó:
– Señor, yo …
– Los peores traidores son los indecisos. ¡Que lo fusilen!
Muertos los tres, preguntó a uno de sus capitanes si esos hombres habían peleado bien.
– Mejor que ninguno de los nuestros.
– Hombres así son los que hacen falta -dijo Villa- ¡Lástima que hayan muerto!