27/01/2007
No era eso
Cuando José I, rey de Portugal entre 1750 y 1777 iba a los toros, se pasaba la tarde inclinándose sobre el palco y desternillándose de risa.
Al embajador francés le sorprendió ver al rey tan eufórico y preguntó:
– A su Majestad le gustan mucho los toros…
– No señor -le respondió-, lo que le gusta es escupir sobre los ministros que están en el palco de abajo.