Nadie es tonto
Lyndon Johnson, presidente de los Estados Unidos entre 1963 y 1969, fue a visitar una de las reservas de los indios Sioux.
En el discurso que pronunció allí dijo cosas como:
«A partir de ahora yo conseguiré que en cada una de las casas de este poblado haya una antena de televisión».
Y los indios corearon: «campahh«.
«Y además -siguió diciendo el presidente muy animado- cada uno de vosotros tendrá un precioso Cadillac».
Y los indios volvieron a gritar al unísono: «campahh».
Al acabar la arenga el jefe de la tribu dijo:
«Ahora, señor presidente, le invito a dar un paseo por la reserva. Pero mire usted donde pisa porque hay muchos caballos y el suelo está lleno de campahh».