Los Enemigos: Septiembre
«Es cierto que no tengo ninguna vocación»
Transcurre 1985 y en uno de los muchos garitos rockeros de Malasaña coinciden el guitarrista Josele Santiago y el batería Artemio Pérez Fillol. Junto a Roberto Arbolea constituyen la primera formación de Los Enemigos, que poco después ganan el concurso de rock Villa de Madrid.
A Roberto le sustituye un bajista (Michi) y en 1986 es grabado un primer álbum, Ferpectamente, que revela un estilo peculiar después desarrollado por el grupo: Rock cañero, potentes riffs de guitarra, Rhythm & Blues peleón y letras impregnadas de humor un tanto salvaje y oscuro. Se convierten en una de las bandas más populares del circuito de locales madrileños con música en vivo.
Fino Oyonarte reemplaza a Michi, Artemio decide abandonar y es sustituido por Chema Pérez, quien junto a Josele y Fino conforman definitivamente Los Enemigos. El trío consolida un estilo propio con la voz arrastrada de Josele como alma del grupo.
En 1990 llega La Vida Mata, primera obra de madurez del grupo, de composiciones más complejas y temática encauzada por las energía de las guitarras y los textos ácidos. La religión y la muerte planean sobre buena parte de sus de canciones.
La Vida Mata recibe muy buenas críticas pero aunque todo mejoraba para Los Enemigos, no iba a durar mucho la alegría. Desde el punto de vista comercial sólo llegan a círculos más bien minoritarios, muere en accidente el manager e íntimo amigo Lalo Cortés y las negociaciones para renovar contrato discográfico se atascan. Josele tiene además serios problemas personales por su adicción al alcohol y la heroína.
Menos oscuro que el anterior trabajo, La Cuenta Atrás (1991) comienza a sonar en la radio y alcanza a nuevos públicos gracias a una mayor riqueza de sonidos.
Por cuestiones de contrato el grupo ha de grabar a toda prisa un album con temas sobrantes de otros trabajos y maquetas anteriores, Sursum Corda y acto seguido para RCA otro más con canciones nuevas, Tras el último no va nadie. Ambos discos verán la luz en 1994.
Luego de una temporada sometido a cura de desintoxicación, Josele regresa y la banda multiplica la actividad. En 1995 y 1996 un EP, más una participación intensa en distintos homenajes (Serrat, Rosendo, Lorca) además de otros proyectos musicales. Publican Gas y siguen más colaboraciones, versiones, bandas sonoras y giras. A finales del 98 aparece Nada y confirma el buen momento creativo del grupo.
En 2000 y tras un descanso, surge la idea de grabar un directo que celebrase los 15 años de vida de Los Enemigos. De los conciertos de Granada, Valencia, Madrid y Santiago de Compostela se extrae el material para el doble CD Obras Escocidas (1985-2000): 37 canciones de todas sus épocas. Para la ocasión cuentan con una serie de amigos y colegas invitados entre los que se encuentran Rosendo, Los Planetas, Jorge de Los Ilegales y Julián Hernández de Siniestro Total.
En el año 2002, cuando mayor era el reconocimiento del grupo y la venta de discos funcionaba, Los Enemigos anuncian su separación tras una emotiva carta de Josele Santiago:
«Sonamos como siempre y nos sentimos incapaces de cambiar las cosas para hacerlo de otra manera. Supongo que hemos completado el círculo».
De remate se edita en 2002 un recopilatorio con el nombre de Obras Escondidas (1985, 2002), su segundo y último directo.
De Los Enemigos me quedo con muchas cosas. Para empezar con las reflexiones crudas, en lo que a menudo parece una mirada corrosiva sobre la vida y la muerte en la voz irónica de Josele. También con el hecho de haber demostrado ser unos auténticos supervivientes y por último por lo bien que sonaban en directo (doy fe de ello). Siempre supieron mantener una relación estrecha con sus seguidores.
Después de tantos años de buenas canciones (John Wayne, Desde el jergón, La cuenta atrás, Entonces duerme, original de Rosendo, La carta que no…), Los Enemigos han justificado plenamente ser una gran banda con el Rock en las venas.
Septiembre narra descarnadamente lo último que pasa por la cabeza de un chaval antes de quitarse la vida. La historia es recogida de una noticia real que apareció en prensa. Josele extrajo de la nota de suicidio una frase textual:
«Id a por el pan, que yo no voy a ir, y a por la leche, yo no voy a estar»
Y a la vista de la soga destinada al cuello, termina la canción con una frase antológica que produce escalofríos:
«Voy a estrenar corbata hoy»
Los Enemigos: Septiembre
LETRA
¿Por qué estoy frío si hoy hace calor?
Yo iba a ser un gran tío, todo un ganador
¿Será que no es lo mío esta competición?
¿Por qué os reís tanto delante de Dios,
delante de Dios?
Lo he intentado de corazón
Me hubiera encantado lo sabes señor.
¿Es cierto que no tengo?
¿Es cierto que no tengo?
¿Es cierto que no tengo
ninguna vocación?
Ya es septiembre y yo no voy a estar,
en septiembre.
En septiembre no pienso vendimiar
en septiembre,
septiembre, septiembre,
septiembre, septiembre,
septiembre…
Id a por el pan que yo no voy a ir
y a por la leche, yo no voy a estar.
Antes de que me echen prefiero salir,
aunque sea abriendo la puerta de atrás,
la puerta de atrás…
Mientras los frailes vayan a rezar,
mientras los bailes sean sin mí igual,
yo besaré a la madre,
besaré a la madre, besaré a la madre,
que hoy me velará…
Ya es septiembre y yo no voy a estar,
en septiembre.
En septiembre no pienso vendimiar
en septiembre,
septiembre, septiembre,
septiembre, septiembre,
septiembre…
Voy a estrenar
corbata hoy.
Por fin haré algo de verdad
¡Qué feliz soy!
Septiembre
Septiembre
Septiembre
Septiembre…
menci: ¿La mejor canción del pop español?, yo creo que esto es de lo mejor del rocanrol que algunos han denominado como «rock sucio»
Manda carallo. Que gran canción septiembre. creo q fue porq el chaval suspendió selectividad, agradezcámoselo al sistema educativo y a los políticos. Hoy están con examenes.
Septiembre, de Los Enemigos, es mi canción del pop español favorita. Siempre me pareció buenísima en todos los sentidos. Antes, porque la asociaba a las noches de marcha de mis 18-20 años (sin pararme a analizar el contenido) Con el paso del tiempo, la canción me sigue pareciendo sublime, tanto en el contenido como en la forma. Es cierto que el mensaje es de lo más duro , pero esa ironía acompañada del tono jovial del ritmo hacen que pierda crudeza. En fin, un «pedazo» de canción. Ahora no hay temas como los de antes.