La voz crítica
Tenía por costumbre un predicador inglés tomar frases de otros en el desempeño de su oficio
Cierto día en plena misa, un abuelete se había sentado bajo el púlpito y en mitad del sermón del cura, lo interrumpió:
– Esa frase es de Sharlok.
El predicador se asombró, pero continuó como si nada. Al rato se oye otra vez la voz de abajo:
– Esto ya lo dijo Tillotson.
El clérigo, cada vez más mosca, continúa, pero poco después, otra vez:
– Eso es de Thompson.
Ya indignado, el predicador no pudo más:
– ¡Si no se calla de una vez, le echo a la calle!
El viejo le miró impávido y dijo en alta voz:
– Vaya hombre, por fin ha dicho algo original.