Ganas de terminar (cuanto antes mejor)
Eran los primeros días del verano del 44. Las fuerzas aliadas atacaban Italia desde el sur, la defensa aeronaval del país. El diario italiano Il Tevere narraba así la caída de Sicilia:
«La ocupación de Pantellaria ha sido desde el punto de vista militar, una opereta. La fortaleza, con 15.000 hombres que tenían sobre sus cabezas enormes moles de rocas, se rindió sin disparar un solo tiro. La única herida que sufrieron los aliados la propinó la boca de un asno que mordió a un soldado inglés.
La guarnición de Lampedusa se rindió a un sargento británico que se vio obligado a aterrizar sobre la isla a consecuencia de una avería en el motor.
Linosa capituló, sin haber sido bombardeada, a un cazatorpedero británico que pasaba por allí y que fue atraído por vehementes señales de banderas blancas.
Así cayeron en manos aliadas las tres islas fortificadas del estrecho de Sicilia».