Frank Lloyd Wright y los refugios Taliesin

El señor Wright, como le conocí­an cariñosamente sus alumnos, es uno de los grandes arquitectos de la era moderna. Entre sus obras destacan el museo Guggenheim de Nueva York o el Hotel Imperial de Tokio.

Existen cientos de biografí­as y estudios sobre su arquitectura tanto en Internet como en publicaciones impresas, por tanto este artí­culo no tratará en profundidad su vida y sus obras, sino particularmente el que fuera uno de sus grandes sueños: Los refugios Taliesin.

Frank Lloyd Wright

Frank Wright era un hombre de contrastes: luminoso y sombrí­o, generoso y mezquino, a la vez que colérico y tranquilo… Un carácter jalonado de caprichos y mezquinas crueldades, así­ como de brillantez y entusiasmos pueriles. Básicamente, como todos los genios, parecía un «niño grande».

Nació en 1867 y pasó buena parte de su infancia y adolescencia en una granja de Wisconsin en pleno contacto con la naturaleza, lo que condicionó su concepción de la arquitectura. Y siempre se sintió identificado con sus antepasados galeses y con la cultura celta.

En los primeros años profesionales diseñó una serie de casas en la pradera, viviendas unifamiliares muy integradas en su entorno con secuencia continua de ventanas y un núcleo central constituido por una gran chimenea, alrededor de la cual se disponen las estancias.

Ward Willits House, Illinois (1901). Una de las primeras «Prairie Houses» de Frank Lloyd Wright.

Creó con ello un nuevo concepto respecto a los espacios interiores que aplicó a partir de entonces en sus obras.

Wright rechazó el criterio dominante de los espacios interiores como estancias cerradas y aisladas de las demás y diseñó otros en los que cada habitación o sala se abre a las demás, con lo que consigue una gran transparencia visual, profusión de luz y una sensación de amplitud.

Interior de Taliesin West

Entre 1900 y 1910 escribe varios libros, dicta conferencias y proyecta gran número de casas de verano que edifica en bosques o junto a los lagos de Wisconsin y de Míchigan, así como en los suburbios boscosos del norte de Chicago.

En los años siguientes Wright diseñó toda clase de proyectos y en todos introdujo criterios originales y avanzados para su época. También escribió libros y numerosos artículos, algunos de los cuales se han convertido en clásicos de la arquitectura de nuestro tiempo.

Frank Lloyd Wright había comenzado en 1903 una casa para el ingeniero eléctrico Edwin Cheney en Oak Park (Illinois) y enseguida se sintió atraído por la esposa de Cheney, Mamah Borthwick. Mamah dejó a su marido y el arquitecto abandonó a su mujer Kitty -con la que tenía seis hijos-. Él ya era famoso y localizar a los adúlteros se convirtió en uno de los objetivos principales de la prensa norteamericana.

Ambos se marcharon en 1909 a Europa, donde Frank obtuvo gran reconocimiento; de hecho su obra influyó en las nuevas generaciones de arquitectos europeos.

Vista aérea de Taliesin

De regreso a Estados Unidos diseñó su propia vivienda, Taliesin, (en galés «arco de plata) que en el transcurso de los años se quemó en tres ocasiones y que Wright reconstruyó siempre de nuevo.

El escándalo de su relación amorosa provocó la cancelación de muchos de sus proyectos. Con pocos encargos, Wright aprovechó para escribir un libro sobre planificación urbanística que publicó en 1932, año en el que comenzó la escuela en Taliesin por la cual han pasado grandes arquitectos y artistas del siglo XX.

Fijó definitivamente su estudio y residencia en la finca que construyó a tal efecto en pleno desierto de Phoenix, Arizona, llamada Taliesin West (1938-59), en la que logró la integración absoluta del edificio en el paisaje y donde se expone el modelo de una ciudad distribuida horizontalmente sobre el territorio.

Complejo Taliesin West (Arizona)

Básicamente los complejos Taliesin surgieron como viviendas integradas en el entorno y posteriormente como hermandades de arquitectos denominados «talleres». A grandes rasgos, Taliesin era un refugio donde estar a salvo del exterior y de los peligros del mundo, un lugar donde ser feliz y con el que todos hemos soñado, un sitio de paz y de tranquilidad.

El 15 de agosto de 1914 Julian Carlton -un empleado oriundo de Barbados- enloqueció, atrancó todas las puertas menos una de la casa Taliesin y le prendió fuego. Armado con un hacha esperó a que fueran saliendo por la puerta los despavoridos ocupantes y los fue masacrando uno a uno.

Murieron asesinados Mamah Borthwick, los dos hijos que había tenido con Cheney, un jardinero y otros dos empleados. Carlton intentó suicidarse ingiriendo veneno, fue detenido y pocas semanas después se dejaría morir de hambre.

A pesar de todo Wright inició poco después una relación con la que se convertiría en su segunda esposa, Maude «Miriam» Wright.

La casa Taliesin que Wright reconstruyó y mantuvo como residencia familiar hoy está considerada Lugar de Interés Histórico Nacional y es gestionada por la fundación Taliesin Preservation.

Frank Wright nos enseña que a pesar de las circunstancias el tesón del ser humano acaba por imponerse y permite que cada uno alcancemos nuestro pequeño Taliesin. Donde quiera que esté, señor Wright, gracias por sus maravillosas casas.

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