El origen del Gin tonic
El fin de semana pasado tuve el gusto de disfrutar en casa con unos buenos amigos de un evento de la marca de ginebra Tanqueray en el que nos mostraron cómo se realizan algunos cócteles que, por supuesto, una vez hechos fueron degustados. Un buen rato y unas bebidas muy interesantes. En esta reunión, el hombre de Tanqueray que hacía los cócteles nos contó algunas curiosidades sobre la marca y los propios cócteles. Una de estas fue el origen del gin tonic.
Como saben, el gin tonic se prepara básicamente con ginebra, agua de tónica (o tónica, a secas, como es más conocida), lima o limón (mejor lo primero que lo segundo) y una generosa cantidad de hielo.
Su origen se remonta a cuando el ejército británico se enfrentaba en la India a ciertas enfermedades. Como ustedes sabrán, la tónica contiene quinina, un producto utilizado para combatir la malaria. En el siglo XVIII, la tónica que se consumía poco tiene que ver con la que conocemos actualmente. Era más “medicina” y menos “bebida de placer”, así que su sabor resultaba mucho más amargo y la cantidad de quinina contenida también era mayor. Para hacer más atractiva esta bebida, se la añadía ginebra. Además, de este modo también se alentaba el ardor guerrero a través del alcohol.
También nos comentó el camarero que los cítricos ayudaban a combatir el escorbuto y de ahí que el gin tonic fuera aún más medicinal con este ingrediente. A pesar de ello, creo yo que la cantidad y el modo en que los cítricos se añaden al cóctel no ayudan mucho a combatir el escorbuto, por su escasez. Pero dicho esto, la historia queda así más redonda y, además, todo es cuestión de beber suficientes gin tonics para conseguir la cantidad suficiente de cítricos, que gracias a su vitamina C, sea efectiva contra el escorbuto.
Fuente: Curistoria