El Madrid eliminado de nuevo en octavos

Gran decepción en el madridismo que exige responsabilidades

La eliminación del equipo merengue frente al Olympique de Lyon, en la Copa de Europa, supone para la entidad blanca un durí­simo golpe a nivel económico y deportivo. El proyecto  de Florentino Pérez ha sufrido un varapalo formidable y es momento de tomar decisiones para que no se repitan los errores del pasado. Jorge Valdano y Manuel Pellegrini, los máximos responsables de la parcela deportiva, deben de asumir su responsabilidad, de lo contrario se puede abrir una brecha entre afición y equipo que a la larga puede ser fatal.

Los errores de Pellegrini

El choque frente al Lyon ha puesto al descubierto las enormes carencias del técnico chileno a la hora de plantear y revertir tácticamente los encuentros. Entrenador cuestionado desde el principio por una buena parte de la crí­tica y la afición, Pellegrini ha recibido una lección por parte del entrenador galo de cómo plantear y cambiar sobre la marcha un partido de fútbol.

El Olympique demostró, en la segunda parte, que es un equipo tácticamente y fí­sicamente mejor que el Real Madrid. El equipo blanco, que comenzó muy bien, no supo cerrar el partido en la primera mitad y el fútbol no perdona las ocasiones falladas.

El «pipita» Higuaí­n, en dos ocasiones, tuvo la oportunidad de tapar la boca a muchos que piensan que en los partidos grandes no da la talla. Desgraciadamente no fue así­ y es de esperar que no le afecte, porque tiene por delante un enorme futuro y no es él precisamente el culpable de lo ocurrido.

Los cambios introducidos por el entrenador francés, colocando dos centrocampista más, hiceron que el Real Madrid perdiera el control del centro del campo. Ante esta situación, visible por cualquier aficionado al fútbol, Pellegrini no movió ninguna ficha. Los franceses empezaron a presionar, igual que en la ida, y recuperaron la pelota y el dominio del juego. El Madrid, con una distancia enorme entre sus lineas, necesitaba algún hombre de refresco más en mitad de la cancha para poder igualar la superioridad numérica francesa. Pues al chileno no se le ocurrió otra cosa que quitar a Granero, en vez de ser valiente y sacar a Kaka antes del campo.

La decepción Kaka

Lo del brasileño es preocupante. Nadie discute su enorme calidad, pero que no esta bien lo ve hasta el más ciego. Cuando llega a rematar lo hace sin fuerza, en los choques nunca se lleva un balón y, por si fuera poco, su colocación en el terreno de juego hace que el ataque madridista se vea muchas veces colapsado por tanta gente. El Bernabeu le empieza a tener fichado, y esto históricamente suele ser muy negativo para el rendimiento de determinados jugadores. Veremos en que acaba la cosa.

Cristiano sí aparece

El portugués volvió a demostrar que es un fuera de serie. No sólo porque técnica y fí­sicamente es un portento, sino porque en los partidos importantes no se esconde y da la talla. Cristiano Ronaldo creo peligro en todo momento y se vació en busca de la victoria, lástima de que no se viera suficiéntemente arropado. Incluso en más de una ocasión bajó a ayudar en labores defensivas y siempre fue ambicioso en ataque. Muy bien por el luso.

¿Y ahora qué?

Al Madrid únicamente le queda la Liga española. Es actualmente lí­der de la competición y el no jugar partidos entre semana le puede beneficiar, siempre y cuando esta derrota no merme la moral del conjunto. A un equipo como el Madrid se le debe exigir que gane esta competición por todos los medios, de lo contrario la palabra fracaso se quedarí­a corta.
Por el camino, desde la cúpula directiva se debe empezar a planificar la siguiente temporada. Si los que han de asumir responsabilidades no lo hacen, Florentino debe tomarlas. La afición esta con el presidente, pero las tornas pueden volverse.

El Real Madrid tiene un gran equipo, que debe ser manejado por alguien que entienda la filosofí­a de este club, alguien que sepa motivar, alguien que tome decisiones desde el banquillo sobre la marcha, alguién, en suma, que este a la altura de la institución futbolí­stica más laureada de la historia.

¿Dónde está Del Bosque?

En la selección. Habrá que buscar otro entonces.

E. Mí­guez