Diez razones para pensarse antes de ser emprendedor

Llevo once años de emprendedor y he estado en infinidad de charlas sobre emprendimiento, en muchas de oyente y en algunas de ponente. En las que he podido participar siempre comento mi experiencia. Yo creo que a la gente hay que darle la foto completa, con lo bueno y con lo malo. Me parece una inconsciencia crear emprendedores como churros absolutamente inexpertos y desconocedores de la realidad que les espera, diciéndoles que todo es maravilloso y que van a ser millonarios. Ser emprendedor tiene cosas fantásticas, pero también tiene cosas muy malas.

En respuesta al decálogo de las buenas elaborado por el coach Alfonso Alcántara, allá van las malas:

1.- Si crees que tienes una fantástica idea y ves que en el mercado no hay nada parecido… olvídalo, no te lances, no va a funcionar. Si no está en el mercado, es que no es negocio. Sólo una decena de personas en el mundo son capaces de crear algo de la nada y casi seguro que tú no eres uno de ellos. Tú no vas a crear un Youtube; estáte seguro.

2.- Si tu idea mejora algo que hay en el mercado porque reduce costes, da más funcionalidades, da un mejor servicio etc. puedes plantearte que quizás tengas una oportunidad, pero antes debes saber que vas a estar más solo que la una.

3.- Emprender no es autoempleo. Es decir, si te vas a ir de tu puesto actual en una empresa de diseño donde te pagan 1.000 euros para ganar 1.000 euros trabajando de autónomo, quédate donde estas. Si te lanzas, es porque ves posibilidades de generar riqueza aparte de tu sueldo.

4.- Al banco no le interesa lo más mínimo tu idea. Por muchos anuncios que hagan, el día que vayas a pedirles el préstamo de 40.000 euros te dirán que firmen tus padres avalando con su patrimonio. Te pedirán el plan de empresa, incluso crearán el premio «emprendedor del barrio 2010». Pero no se lo van ni a mirar. Es puro marketing para que vayas allí a pedir financiación, eso sí avalada. Si tu familia no tiene patrimonio, quédate donde estabas, ya que tus posibilidades son mínimas. Y si tu familia tiene patrimonio, ojo a ver si vas a hacer que no lo tengan con tu brillante idea.

5.- Subvenciones. Pedirás todas las que se puedan. Pan para hoy y hambre para mañana. Si tu negocio vive porque lo subvencionan, cerrarás. Casi es mejor saber desde el principio si tiene futuro solo, sin ayudas. Eso sí, si las pides, prepárate a luchar por las subvenciones con funcionarios incompetentes que tienen el poder de juzgar si tu negocio es viable o no. Ellos, desde su poltrona que lo más que han arriesgado es cuando compraron telefónicas, son los que decidirán sobre la viabilidad de tu negocio.

6.- Emprender supone perder tu cartel de trabajador para pasar a ser un patrón (término del siglo XIV muy usado más como algo despectivo que laboral) que pagas unos míseros sueldos, los mismos que tú cobrabas y por los que ponías a caldo a tu jefe. El mercado te va a estrujar para ser competitivo.

7.- Si por desgracia las cosas te van mal, te explico el final de la historia. La legislación laboral protege al trabajador por cuenta ajena, no al trabajador por cuenta propia. Si la empresa va mal y necesitas prescindir de estructura, tu nombre ya no será el de patrón sino el de explotador y tendrás un montón de opciones:

a) Despedir a los que te sobran y para ello sólo tendrás que pagarles 45 días por año trabajado, que como te va mal no podrás pagar.
b) Aducir un despido por causas económicas, que el juez no aceptará porque debes demostrar estar varios años en pérdidas, por lo que volvemos al punto a.
c) Cerrar o to close en inglés y aquí viene lo mejor: deberás haber pagado el crédito que avalaron tus padres y todo el patrimonio que tenga la empresa deberás utilizarlo para pagar las indemnizaciones a los trabajadores, deudas con la seguridad social, bancos, etc. Tus ex-trabajadores (ahora tú eres ex-explotador) tendrán una indemnización que o se la has pagado tú o se la pagará el Fogasa y dos años de paro para buscar otro patrón explotador para el que trabajar. Tú tendrás las deudas que hayas contraído y que no te creas que mueren con la SL. No tendrás indemnización y no tendrás paro.

8.- El 50% de las empresas cierran antes de los 3 ó 4 años y esto es una dato estadístico que si lo ves fríamente te dice que solo tienes un 50% de posibilidades de llegar a los tres años con tu aventura.

9.- Si, digamos, te ha ido mas o menos bien, tienes una empresa con 15 años de antigüedad, viene una crisis galopante y te la tira (y no me refiero a la construcción o a la inmobiliaria, pregunta a empresarios del transporte que hace 5 años tenían 20 trabajadores con 10 años de antigüedad o a empresas de artes gráficas con 20 años de antigüedad). Durante esos 15 años que has conseguido sobrevivir seguro que has cotizado en mínimos en autónomos, por lo que puedes despedirte de tu pensión, ya que tú pensabas que tu pensión era tu empresa que la venderías y te jubilarías. Es decir, nunca estarás tranquilo.

10. Si eres un trabajador y te han despedido, podrás decir que el patrón explotador era un inútil que no sabía sacar lo mejor de ti. Eso sí, si montaste una empresa y la cierras, pasas a ser tú el inútil y difícil lo tendrás para cambiar esa imagen aunque sea falsa.

Suerte y al toro. Ahora ya lo sabes todo. Quizás lo que pensabas del yate en Marbella se dilate un poco en el tiempo, pero vete llamando para reservar plaza en el puerto porque el plazo de entrega es muy largo… ?

Fuente: Gananzia

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