«Besas con tus palabras tan bien como los labios. Desconozco el sabor de tus consuelos al amanecer aunque siento los besos más allá de las fronteras que nos impusieron. Diosa de los amores prohibidos y de la belleza visible, conozco los compromisos y aunque desplaces tus deseos en carros blancos impregnados de rojizas palomas batiendo
1 Me duele el corazón y un pesado letargo aflige a mis sentidos, tal si hubiera bebido cicuta o apurado un opiáceo hace sólo un instante y me hubiera sumido en el Leteo Y esto no es porque tenga envidia de tu suerte, Sino porque feliz me siento con tu dicha Cuando, ligera dríade alada
En el país del sol naciente arraigó una forma de Budismo bastante curiosa: el Budismo ZEN, una reinterpretación del Budismo chino (Chang) a la Japonesa que predica la posibilidad de alcanzar la iluminación de forma espontánea, sin tener que pasar por complejas meditaciones y sacrificios. Es decir, una especie de curso rápido de iluminación in-situ
Amigo de Percy B. Shelley, Lord Byron y Leigh Hunt, se le ha considerado el poeta más puro, entendiendo por ello su obsesión no solo por el contenido de la poesía y su significado, sino también por la métrica y la elegancia de la misma, así como por vivir acorde con el ideal del poeta.
Cada día salgo para una búsqueda nueva. Ya exploré todas las sendas de esta tierra, y esas frescas alturas y esas sombras y fuentes. Pues mi alma, desasosegada, vaga por montes y valles implorando un descanso, así como el animal herido se acurruca en la sombra donde antes, al mediodía, descansaba. Pero aunque el musgo
Tengo estos huesos hechos a las penas y a las cavilaciones estas sienes: pena que vas, cavilación que vienes como el mar de la playa a las arenas. Como el mar de la playa a las arenas, voy en este naufragio de vaivenes por una noche oscura de sartenes redondas, pobres, tristes y morenas. Nadie
Porque me he perdido en el tiempo lo mismo que en la vida, sin cosa propia, fe ni gloria, entre gentes ajenas y sobre ajeno suelo cuyo polvo no es el de mi cuerpo; no con el pensamiento vuelto a lo pasado no con la fiebre ilusa del futuro, sino con el sosiego casi triste
La isla de Gunkanjima en Japón (también llamada Hashima) fue durante un breve tiempo el lugar más densamente poblado del mundo. En 1959 llegó a alcanzar una densidad de 139.100 personas/km² en la zona residencial y de 83.500 personas/km² en toda su superficie, lo que históricamente supone una de las mayores densidades de población registradas