Perfectamente acicalado, apestando a gel y con la nariz brillante, enderezo el cuello de la chupa, un último vistazo al tupé y escapo de casa como alma que lleva el diablo.
Aunque al parecer hubo un tiempo en que el término «puta» venía a significar sabiduría y destreza -con los antiguos griegos-, la cuestión derivó por otros derroteros al paso de los siglos. Aún hoy nuestra querida lengua mantiene en según que casos un enfoque ferozmente machista con ciertos vocablos. Veamos la prueba de cómo una
Revolviendo viejos papeles encontré una fotocopia mustia que hace años me pasó Jean Pierre, cliente y sin embargo amigo, quien como buen francés ilustrado sentía curiosidad por la idiosincrasia española. Era un recorte de periódico que él conservó al advertir que podía aclarar algunas claves de nuestro querido idioma. Sirva el texto como ejercicio de