A pesar de merecerlo sobradamente, Heinrich Heine no ha entrado todavía en el panteón de los literatos germanos más ilustres, seguramente por la relación de amor-odio hacia su país que marcó gran parte de su vida. Heine negó a Alemania ese papel mítico que en ocasiones se le ha atribuido como país de genios: «Pienso
«Que me den seis líneas escritas por la mano del hombre más honrado y hallaré en ellas algún motivo para ahorcarlo.» Cardenal Richelieu (1585-1642), prelado, noble y estadista francés. Creando escuela para los letrados sin escrúpulos
«¡Cuán virtuosos son aquellos que cultivan sus hortalizas…! Porque tienen un pie siempre en tierra y el otro tampoco está lejos. No hay mansión más divina y señorial que el establo de las vacas». François Rabelais (1494-1553), escritor, médico y humanista francés. Maestro lechuguero.
«El plagio es la base de todas las literaturas, excepto de la primera que, por otra parte, es desconocida.» Jean Giraudoux (1882-1944), novelista y dramaturgo francés