Crónicas de la crisis (I)
Hay un descampado junto a la fábrica de Valencia a la que me enviaron el otro día.
Por las noches se despliegan gentes por allí, rodean un bidón de acero en el que arden cartones al más puro estilo de los sin techo yanquis. Yo les veo desde la mesa en la que me siento. Se reúnen en cuanto anochece, todos los días. Son unos diez.
Esta mañana he llegado a la fábrica en moto. Cuando vas en una moto de trail puedes atravesar un descampado en vez de rodearlo con el coche. Atajas, ganas tiempo.
Total, que estando en medio del descampado, junto al barril de hierro ennegrecido, he visto los restos de lo que cenaron anoche los tíos que suelen reunirse por allí. Me he bajado de la moto para examinarlo mejor.
Era un perro.
Testimonio del usuario «HaCha» en Menéame