Harper, investigador privado
En Los Angeles, un detective es contratado por la esposa de un multimillonario desaparecido misteriosamente. Lo que a priori parece la ausencia voluntaria de un ricachón extravagante, acaba complicándose hasta derivar en una madeja de intereses retorcidos y siniestros con implicaciones inesperadas.
Lew Harper, un detective escéptico, tenaz e individualista (el traje perfecto para Paul Newman) acostumbrado a tratar con cínicos y que no logra eludir periódicamente alguna que otra paliza, es el protagonista de una película que rememora el espíritu del mejor cine negro clásico: el de los gestos amargos, las malas rachas y el desengaño, poblado de personajes turbios que pululan entre bares dudosos y ricas mansiones de la Costa Oeste.
«Harper» fue dirigida en 1966 por Jack Smight, quien supo rescatar el espíritu de las novelas de Dashiell Hammett y R. Chandler a través de un guión al que no le falta intriga, negocios sucios, codicia y sexo contenido.
Destaca sin duda un Paul Newman en estado de gracia, con una interpretación basada en el lenguaje facial y en los gestos que acentúan cada ironía del personaje.
Acompañan a Newman, Lauren Bacall, Julie Harris, Shelley Winters, Robert Wagner, Janet Leigh … Un reparto fantástico con excelentes diálogos.
«El fondo esta sembrado de buenas personas, Albert. Sólo el aceite y los bastardos ascienden».
Paul Newman en «Harper, investigador privado» (1966)