¿Qué fue de la Legio IX Hispana?
Perderse, se puede perder todo: la vergüenza, la cabeza, hasta el corazón. Hay gente que pierde cosas constantemente, incluso el Imperio Romano perdía «cosas» ¿Cómo? ¿Qué fue lo que perdieron? Nada, una tontería… Una legión completa
No, no estoy diciendo que el enemigo la masacrara, como les paso a las XVII, XVIII y XVIIII en la Batalla del Bosque de Teotoburgo en el año 9 d.C, ni que un castigo diezmara la unidad en cuestión con motivo de una guerra civil o como represalia por un demérito.
Estoy diciendo, pura y llanamente, que las altas instancias del Imperio nunca supieron que fue lo que pasó con ella en realidad.
La historia de esta unidad, la Legio IX Hispana, ha inquietado a los estudiosos durante décadas y ha quedado en la imaginación pública como ejemplo supremo de misterio militar. La «Hispana» tiene sus orígenes en un grupo de cohortes que lucharon a las órdenes de Julio Cesar en la Galia entre los años 58-49 a.C. y que estaba compuesto en su mayoría por oriundos de la piel de toro. En el año 13 d.C. fue trasladada a los Balcanes y en el 43 d.C. el Emperador Claudio se fijó en ella para acompañarle a la conquista de Britannia. Hasta aquí, todo normal.
A través de lápidas, estelas funerarias de centuriones e incluso inscripciones en picos y azadones, sabemos que en el año 60 d.C. se estacionó en Lincoln y a partir del 70 d.C. estuvo en York, colaborando en la construcción de una red de calzadas que a la postre uniría dicha ciudad con Londres o Londinium.
Además, gracias a unos cascos encontrados en el límite entre Inglaterra y Escocia, estamos seguros de que, años más tarde, marchó con Cneo Julio Agrícola para zurrar la badana a los abuelos de los escoceses, los escottos, y que culminaron con una gran victoria en el macizo montañoso de Monte Graupius. Después regresó a York, donde permaneció muchos años hasta que una mañana del 115 d.C. partió entre la bruma y a partir de ahí, nada.
Y ¡ojo! actualmente podemos reconstruir con absoluta precisión la trayectoria, desde su origen a su disolución, de la práctica totalidad de las unidades legionarias romanas; y ese periodo abarca en muchos casos la friolera de ¡más de 400 años! Por eso esta «desaparición» es tan excepcional.
Para explicarla, estudiosos de todo el mundo han propuesto varias teorías: quizás fuese destruida en la frontera norte o puede que se la trasladara a otra punta del Imperio (hecho del que seguro quedaría constancia) o es posible que, descendiendo de españoles, se fueran todos de puente…
El caso es que años más tarde, varios gobernadores enviaron sucesivas expediciones para intentar encontrar cadáveres o supervivientes sin resultado alguno, con lo que Adriano hizo traer desde el continente a la Legio VI Victrix para reemplazarla.
La teoría más novedosa, y que podría resultar la más convincente, es que la unidad marchó hacia el norte y, simplemente, no volvió. Esta versión de los hechos ha sido el tema central de la novela Eagle of the ninth(El Águila de la Novena Legion) de Rosemary Sutcliff (1964). El título de esta se inspiró en el descubrimiento hace mucho tiempo en Silchester de una pequeña águila de bronce que la autora identificó con el estandarte de la Legión IX.
Humildemente, he de discrepar; la forma del ave y la ausencia de alas no coinciden con la apariencia de las Aquilas legionarias, con lo que puede tratarse simplemente de una estatuilla votiva de bronce de las usadas entonces para realizar ofrendas.
El misterio continua…
Fuente
historia clásica
Creo difícil que en un texto de este tamaño puedan escribirse tantas inexactitudes y, directamente, falsedades. Ni la VIIII estaba compuesta mayormente por hispanos, ni derrotó a los escritos, ni desapareció de la historia en 115. Tampoco fue enviada a buscar por ningún gobernador, ni se llevó a otra legión para reemplazarla. Y por supuesto es falso que podamos conocer la historia precisa de todas las demás legiones. Lo único verdadero es que el águila del museo de Reading no es un emblema legionario, pero no por la carencia de alas (las tenía y se han perdido) sino porque no corresponde a la tipología de dichos emblemas.
Por cierto la Novena Legión vuelve a aparecer en inscripciones de Germania cerca del año 125 y es muy probable que fuese aniquilada por los judíos de Bar Kokhba o por los partos de Vologeses.