Zambia y su programa espacial
En 1964 Zambia declaró su independencia de Gran Bretaña. Como otros muchos países africanos que emprendieron la misma senda en aquellos años, probablemente no existían las condiciones necesarias para hacerlo, por lo que las dificultades de todo tipo estaban aseguradas.
«Wer’e going to Mars! With a spacegirl, two cats and a missionary» (¡»Nos vamos a Marte! Con una chica astronauta, dos gatos y un misionero»)
Pero incluso en tales momentos no faltan soñadores, sea en el rincón que sea y en ese contexto un hombre llamado Edwar Musaka Nkoloso declaraba:
«Los hombres de Zambia no son inferiores a cualquier hombre de ciencia».
En eso tenía por supuesto toda la razón, pero además quiso pasar a los hechos.
Durante la celebración de la independencia de Zambia en 1964 un hombre aborda al reportero de la revista Time que cubre el evento. Se trata de Edward Makuka Nkoloso, maestro de ciencias naturales en una escuela de Primaria de la capital Lusaka y director de la Agencia Espacial de Zambia, quien muestra al periodista un proyecto para enviar 12 hombres, una chica de 17 años y 2 gatos a Marte mediante un cohete de aluminio con un sistema denominado Mukwa basado en la catapulta.
En plena carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética, Nkoloso quiere que los suyos sean los primeros en poner un pie en Marte y para ello escribe una carta donde pide 7 millones de libras zambianas a la UNESCO.
Como cabe suponer ese dinero nunca llegó, lo que sin embargo no echaría para atrás a alguien que no se desanima fácilmente, alguien que incluso en distintas ocasiones advirtió al gobierno sobre la presencia de espías rusos y estadounidenses que intentaban robar sus «secretos espaciales».
Decía que tras haber comprobado con su telescopio que Marte se encontraba poblado, incluiría en la expedición a un misionero con el propósito de «no imponer el cristianismo a aquellos que no quieren».
Edward Makuka Nkoloso durante una entrevista en 2010
No debe resultar nada fácil entrenar astronautas pero tal vez todo sea cuestión de fe, porque Nkoloso lo hizo encerrándoles en toneles que eran subidos con una polea a las ramas de los árboles. A continuación los dejaba caer súbitamente para que se habituasen a las aceleraciones y deceleraciones bruscas del vuelo orbital.
Otro sistema, no menos ingenioso y fascinante, consistía en encerrar a los aspirantes a astronautas en barriles de aceite y echarlos a rodar por una pendiente para que se acostumbraran a andar a gatas, única forma de desplazarse por Marte, según él..
Al final aquello no terminó de cuajar y además la joven astronauta Matha Mwambwa quedó embarazada y regresó con sus padres. El resto del equipo también abandonó el proyecto.
Años después Nkoloso se presentó como alcalde de Lusaka aunque no resultaría elegido. Pese a todo nunca abandonó el sueño de conquistar el espacio.
No pocas burlas debió generar el hombre entre los medios de comunicación occidentales, pero, ¿y si lo llega a conseguir, qué? No olvidemos que de sueños imposibles se encuentra la historia llena. De todas formas logró captar la atención de periodistas de todo el mundo.
Cuando Zambia quiso conquistar Marte
¿Creía sinceramente que podía diseñar una nave espacial o simplemente es el producto de una cómica y enternecedora ignorancia? Teníais que haberle otorgado financiación, que gente así no se encuentra todos los días y además si aquel sueño hubiera prosperado hoy en día hablaríamos de una importante población de gatos en Marte amén de una Iglesia nueva no contaminada por el Cristianismo.
También nosotros tuvimos nuestro propio programa espacial, comandado por un grupo de excelentes astronautas: Tony Leblanc, José Luis López Vázquez, José Sazatornil, Antonio Ferrandis, José Luis Coll, Rafael Alonso, Antonio Ozores…
Leí hace tiempo la historia en Meridianos.