08/03/2007
Embalado
Un día el cardenal Du Perron pronunció una elocuente disertación acerca de la existencia de Dios ante Enrique III de Francia (S. XVI).
Cuando terminó, y tras los aplausos de la corte, añadió ufano:
– Acabo de probar la existencia de dios. Mañana, si vuestra majestad me lo permite, probaré que no existe.
Al rey no le agradó tanto cinismo y expulsó al cardenal de la corte.