The Mighty Lemon Drops
Formados en 1985 en Wolverhampton, Inglaterra, The Mighty Lemon Drops eran un grupo post punk de influencia psicodélica con un sonido pop basado en la guitarra que recordaba a Echo And The Bunnymen (al menos es algo que le achacó la crítica, aunque para mi eso no los desvirtúa, al contrario).
La banda estaba formada por Paul Marsh (cantante y guitarra), David Newton (guitarra), Tony Linehan (bajo) y el batería Keith Rowley. Newton y Linehan contribuían a la composición de la mayoría de las canciones.
Es uno de estos grupos de mitad de los 80 que a buen seguro cautivarían a mucha gente de ser más conocidos. Bastantes de sus composiciones podrían formar parte digna de cualquier recopilatorio de aquellos años, siempre y cuando se decidan alguna vez a sacar algo diferente a los mismos trillados éxitos de siempre.
Realmente son numerosas las bandas británicas post-punk por reinvindicar en su justa medida. Al margen de los exitosos Smiths, The Cure o mis queridos Echo & The Bunnymen, otras muchas hubo de gran nivel: Stone Roses, The Jesus and Mary Chain, The House Of Love, The Charlatans e incluso dentro de otras corrientes podríamos nombrar también a Big Country y a Darling Buds. Todos ellos encarnaron el espíritu inquieto y fértil de la década y en absoluto merecen el ostracismo.
Combinando la energía estimulante del garage rock con el post-punk y unos buenos ganchos de pop, The Mighty Lemon Drops dejó magníficos trabajos en la segunda mitad de la década y principios de la siguiente (Happy Head, 1986 y World Without End, 1988) con una amalgama cautivadora de estilos.
Otros álbumes como Laughter (1989) y Ricochet (1992) agregaron capas de producción de estudio brillante a la ecuación y la banda obtuvo un nivel de éxito en la escena del rock universitario de EE. UU antes de disolverse en 1992.
El cuarteto inglés dejó en el mercado un total de 6 álbumes entre 1985 y 1992 con un estilo propio que fue ganando en intensidad vocal y compositiva.
Y así podemos hoy recuperar un notable conjunto de temas cuyas acertadas melodías parecen flotar armónicamente. Siguen sonando de forma limpia y tremendamente fresca.
Inside Out