¿Cómo debe ser la mujer perfecta?
No seré yo el que se meta en ese charco. Dejaré que lo haga Pierre de Bourdeille (1540-1614), señor de Brantôme. Pierre de Brantôme fue un historiador francés, aventurero, mediocre escritor y, sobre todo, un enamorado del género femenino…
Hijo del barón de Bourdeille, se hizo soldado y durante años viajó por toda Europa. Más tarde se limitó a acompañar a la corte, participando en intrigas amorosas y políticas, duelos, rivalidades y asesinatos.
Una caída del caballo le obligó en 1584 a retirarse a sus tierras, donde empezó a escribir para distraerse sus memorias. Esta obra, a menudo escandalosa, también llama la atención por la candidez con que se encuentra escrita y por la vanidad que desprende.
En realidad no sobresalió ni como militar ni como escritor pero en la mayoría de sus escritos hay un rasgo común: el amor por las mujeres.
Por ejemplo en Vie des dames illustres (Vida de las damas ilustres) y Vie des dames galantes (Vida de las damas galantes), donde se atreve a describir cómo debe ser una mujer hermosa y perfecta (en el físico):
«Para que una mujer sea hermosa y perfecta debe tener treinta bellezas. Tres cosas blancas: la piel, los dientes y las manos; tres negras: los ojos, las cejas y las pestañas; tres rojas: los labios, las mejillas y las uñas; tres largas: el cuerpo, los cabellos y las manos; tres cortas: los dientes, las orejas y los pies; tres anchas: el pecho, la frente y el espacio entre las cejas; tres estrechas: la boca, la cintura y los tobillos; tres gruesas: el brazo, los muslos y las pantorrillas; tres sutiles: los dedos, los cabellos y los labios; y tres pequeñas: los pezones, la nariz y la cabeza.»
¿Qué os parece?
Fuente: Intimidades de la Historia, Carlos Fisas